Cuando era chico se me hacía difícil entender el porqué una persona del extranjero viabaja durante varios días hacia un pueblo en medio de los andes con el fin de escalar una de sus montañas más altas. Aquellas montañas que solo conocía por verlas a lo lejos y, en algunos casos, por la publicidad que las agencias de turismo solían colocar en gran formato en sus locales. No me quedaba claro qué de especial habría de tener la cima de este lugar para merecer tamaña travesía y que todos quisieran llegar allí en lugar de solo quedarse en sus alrededores y admirarlas desde allí, como los fotógrafos.

En la cima de la montaña
Metáfora del montañismo en escultura.

Con el transcurso de los años me daba cuenta de que muy pocos oriundos de la zona tenían esa misma aspiración, y ganas, de embarcarse en tal aventura. A lo mejor ya eran muy citadinos; aunque los del área rural eran mucho menos inclinados a esto. En mi círculo social se hablaba muy poco del tema. A lo mejor solo cuando una ambulancia llegaba a la ciudad trayendo a alguno que hallaron después de varios días de búsqueda, o cosas así. No pasaba un año sin que haya más de una persona accidentada o desaparecida. En estos casos había que enviar un grupo de personas de rescate y policías especializados en montaña a buscarles, y dicha noticia no tardaba en llegar a oídos de la gente. Ver una ambulancia por las calles no era cosa de todos los días, como lo es hoy. Tenía que ser un tema realmente serio, apremiante, de vida o muerte.

El subir montañas, o montañismo, no es un deporte, es una disciplina. Me iba dando cuenta de esto cuando aprendía que las cosas se hacían con cierta planificación, algún tipo de logística y cierto nivel de preparación. No era cosa de contratar una agencia de turismo para hacer una excursión durante todo el día y luego volver a la ciudad, a tomar pizzas y cerveza. En aquel tiempo, evidentemente, los montañistas no iban ligeros de equipaje. Cargaban atado a sus cuerpos, que no solo a sus espaldas, tantos kilos como su propio peso. Los animales de carga también tienen sus límites. Sus siluetas parecían de seres mitad hombre, mitad jirafa, o algo por el estilo. El montañismo no tiene unas reglas, no tiene un tiempo de duración, no tiene unos aficionados que te vayan a alentar, y no ofrece ninguna seguridad de que volverás a ver la ciudad y tomarás esas pizzas y cerveza. Esta actividad te expone en primera línea a los caprichos y vaivenes de la naturaleza. A la mismísima probabilidad de no volver para contarlo. Para esto nosotros tenemos a los toreros, ahora entiendo mejor a propios y extraños, reflexioné. No es un pasatiempo, sino una forma de vivir. No es una actividad física, sino mental, a lo mejor del alma, como los toros.

Hoy en día hay mayores facilidades tecnológicas para conseguir subir a la cima de una montaña de esas características. Lo que no ha cambiado son las adversidades de la naturaleza. Aún cuando el 2021 se haya hecho un festín en la cima del Huascarán, celebrando con un buen pisco sour y ceviche, la naturaleza no deja de ser lo que es. A día de hoy, los padres de un chico canadiense, desaparecido con 23 años el 2017, todavía no tienen la tranquilidad de al menos encontrar sus restos. En su momento ellos llegaron a ofrecer medio millón de dólares para quien ayude a encontrarlo. La montaña no solo te enfrenta con la realidad tangible de la geografía, geología y el clima, sino con tu propia realidad. La de tu ser. La de los límites que te impones, o dejas imponer. La de tus juicios y prejuicios. La de tu capacidad para enfrentarte a lo inesperado, lo que sale de lo planificado, y al todo o nada. Llegar a la cima de una montaña no solo es un logro del ser en forma de carne y huesos, es algo que va más allá, que te supera. Ese es el atractivo, como con los toros.

A finales del año que ha concluido hace solo dos semanas, la cotización de bitcoin ha alcanzado la cima. Un bitcoin se podía comprar en Perú por no menos de cuatrocientos mil (400.000) soles. Ha conseguido esto quince años después de su aparición y solo trece desde que alguien decidiera vender unas pizzas a cambio de algunas unidades de bitcoin. Cuando llegas a la cima ocurren varias cosas. Consigues una satisfacción por el objetivo alcanzado, el haber superado adversidades de la naturaleza, de cosas que no están bajo tu dominio. Además, obtienes notoriedad social, la busques o no. Esto produce que los reflectores se dirijan hacia ti. Es el caso de los gobiernos que, coincidentemente, a nivel mundial ponían en vigencia leyes para tener mayor control sobre las transacciones que se realizan en esta red pública que transfiere valor. A la par, otro grupo de ellos se viene planteando emplear bitcoin como parte de su estratégia de diversificación y reservas que hagan frente a la inestabilidad de la economía. Tal como lo lee. Ha sido también un gran momento para quienes, habiendo tomado la decisión de cambiar efectivo por bitcoin en algún momento del pasado, han decidido vender todo el bitcoin que habían acumulado a un precio más que atractivo. Siempre nos complace que nuestros clientes se vayan satisfechos al hacer tangibles sus criptomonedas en dinero en efectivo.

Aún cuando el presidente del Banco Central de Reserva del Perú, don Julio Velarde Flores, ha tildado a bitcoin de poco más que un CLAE en versión digital, otros bancos centrales, como el de la República Checa, están embarcados en incorporarlo en su estrategia para diversificar su cartera de moneda extranjera. De manera similar, los congresistas y políticos de los Estados Unidos y Brasil están presentando propuestas legislativas para que sus bancos centrales tengan la autorización para tener un poco de bitcoin en sus reservas, que en estos lares llaman «internacionales» al estar en moneda y jurisdicción extranjera. No son casos aislados o decisiones precipitadas a causa del paroxismo. Esta semana el banco privado más grande de Italia, Intesa Sanpaolo, acaba de comprar al contado 11 unidades de bitcoin (11 BTC) por la suma de un millón de dólares americanos (1.000.000 USD). Una cantidad microscópica frente a las cuatrocientas cincuenta mil unidades de bitcoin (450.000 BTC) que posee la empresa MicroStrategy, que desde el año 2020, mientras lo del ceviche de altura, decidió que bitcoin es un activo que merece la pena tener en su tesorería.

¿Cómo influirá todo esto y qué deben esperar de bitcoin quienes, mirando la cima, se han interesado en él? es algo muy difícil de predecir. Lo que sí podemos señalar es lo que ya forma parte del presente, lo concreto a día de hoy, y en adelante. Como habíamos tratado previamente, desde este año la normativa de la UIF-Perú respecto a los PSAV entra en vigencia y es de cumplimiento obligatorio al incluir a estas empresas dentro del ámbito de la normativa de lavado de activos y financiamiento del terrorismo (LA/FT). En términos concretos significa que para comprar o vender bitcoin en efectivo en nuestros cajeros, indistintamente de la cantidad o importe, deberá registrar sus datos personales. Si ya se ha dado de alta como cliente en nuestros cajeros, no debe hacer nada adicional. Además, debido a que le entregamos los activos virtuales de inmediato, deberá indicar si la transacción la hace a título personal o para un tercero. Tal como lo hacen otras actividades económicas que están bajo el mismo régimen normativo, los PSAV enviarán información sobre las transacciones que se clasifiquen dentro de un perfil de riesgo.

Tal como se presentan las cosas, por un lado, contar con una normativa es algo que ya hemos valorado como positivo para los usuarios de criptomonedas. Sin embargo, también es cierto que su aplicación hace las cosas aún más complejas para quien se aproxima por primera vez, a lo mejor por la curiosidad de la cima que ha alcanzado bitcoin. En el caso de las casas de cambio de divisas en efectivo existen umbrales mínimos para solicitar información relacionada con la UIF. Para los PSAV que operamos en efectivo el tratamiento ha sido distinto. Por otro lado, al ser solo una normativa orientada únicamente al aspecto LA/FT, no es todavía un marco legal integral y claro que permita tomar decisiones como las que ofrece la legislación europea denominada MiCA, también vigente desde finales del 2024. Intuimos que las decisiones de bancos centrales y privados, así como empresas de esta parte del mundo respecto de bitcoin se deben primordialmente a la claridad de tal normativa. Quizá para llegar a comprender lo que implica esta cima de bitcoin en el contexto actual, al igual que con el montañismo, hace falta una actitud mental particular, distinta. La realidad, cruda como la naturaleza, está allí. Consideramos que ni las entidades del gobierno, ni las del sistema financiero, que poseen los recursos para tener información de primera mano y que han estudiado el tema de criptomonedas, se pueden permitir desconocerla.

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